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- II CONCURSO
NACIONAL DE HISTORIAS DE AMOR

- Municipio de
Timbío-Cauca 2011
- BASES:
- TEMA: Los
cuentos deben tratar el tema del amor en cualquiera de sus
manifestaciones. El amor es un tema universal de la literatura.
El amor es base fundamental para lograr el respeto de sí mismo, la
pareja, los amigos, la familia y la sociedad. El amor como energía
transformadora que nos permite trabajar y alcanzar los sueños más
difíciles.
- CATEGORIAS:
Podrán participar todos los colombianos que lo deseen.
- CATEGORIA
1. COLOMBIANO JUVENIL: de 11 a 18 años
- CATEGORIA
2: COLOMBIANO MAYORES: de 18 años en adelante
- CATEGORIA
3: TIMBIANO JUVENIL DE 11 A 18 AÑOS
- CATEGORIA
4. TIMBIANO MAYOR DE 18 AÑOS
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PROCEDIMIENTO
- Cada
participante podrá concursar con un cuento, que no pase de dos (2)
páginas tamaño carta, escritas en formato Word de computador,
letra Arial número 12, a espacio y medio de interlineado.
- Al final
de cuento se firmará con el nombre y apellidos completos del
autor, dirección, ciudad, teléfono. Colegio donde estudia, o
empresa donde trabaja. Correo electrónico y señalando la categoría
en que participa. La obra que no se ajuste a estos requisitos será
descartada.
- Los
cuentos se recibirán como un archivo Word adjunto al correo
electrónico hasta el día viernes 30 de septiembre del 2011, a las
12:00 del medio día.
- La
premiación se realizará la primera semana de noviembre del 2011,
como parte de la celebración del cumpleaños Nº 474 de la fundación
del municipio de Timbío.
- Premios
- Para las
categorías 1 Y 2 el premio consiste en un millón de pesos
($1.000.000, oo) y un diploma que los acredita como ganadores.
- Para las
categorías 3 y 4 el premio consiste en quinientos mil pesos
($500.000, oo) y un diploma que los acredita como ganadores.
- Los
timbianos, además del premio local, pueden participan por el
premio nacional.
- JURADO
- El jurado
calificador estará conformado por los escritores de trayectoria
nacional, que se darán a conocer con la publicación del fallo.
- PARA TENER
EN CUENTA
- 1. Todos
los concursantes al enviar su cuento autorizan la publicación
virtual de los mismos.
- 2. No se
publicaran cuentos con fallas de ortografía o redacción.
- 3. La
publicación de los cuentos no implica pagos económicos a favor de
los autores.
- 5. Se
recomienda abstenerse de participar con cuentos copiados. La Ley
de Derechos de Autor sanciona el plagio.
- CONVOCA:
Casa de la Cultura - Alcaldía Municipal de Timbío.

Junge Latino-Autoren in Deutschland (Hamburg)
Literarischer Vortrag
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In Rahmen
des IV Festival Cultural Latino 2007 in Hamburg Literarische
Lesung mit verschiedenen jungen "Latino" Autoren in Deutschland
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Fechas
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29/06/2007 (20:00 h) |
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Lugar
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Instituto Cervantes |
Hühnerposten 1, 6ª planta
Hamburgo (ALEMANIA) |
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Kooperationspartner |
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Agenda
Latina |
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COLLOQUIUM

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Por: Manolo Palacios P.
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Junio-2004
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Marburg-Alemania.

En poco tiempo,
las páginas web de Café Berlín se han unido otras
actividades de carácter profesional, como es el caso de
libros internacionales, videos de lectura o películas
que los artístas latinos vinen realizando en este país,
utilizando los últimos adelantos tecnológicos. Hace
pocos días, en conversaciones con amigos alemanes en
Marburg, les invite a observar tres videos producidos
por Café Berlín; dos no funcionaron correctamente, pero
el tercero, acertó en la computadora de mi amigo
Ricardo. El film era “A Cualquier precio”, bajo
la dirección de Jaime de la Gracia. Un film de 37
minutos cuenta, no con palabras de la boca, sino con
escenas de buen teatro y con letras que dirigen el film,
una historia de los asaltos a personas. Resulta que
Jaime conversó con un amigo alemán que le contó la
historia de que fue objeto de un asalto por jóvenes que
lo obligaron a entregarles todo el dinero, una grabadora
de sonido y recibir varios contundentes golpes en su
cuerpo que lo llevaron a pasar algunos dias en el
hospital. La escena de A Cualquier precio es como
en todas las partes del mundo. Unos dicen que es
producto del incremento de la migración lo que ha
generado mayor violencia y delincuencia, otros afirman
que el standard de vida alemana está sufriendo las
inyecciones de la decadencia económica, que obliga al
desempleo y a la sobrevivencia en un estado de sitio. Se
podría decir, “nadie tiene la razón en este histórico
fenómeno del “no te muevas”.Ricardo comentaba que el
cine se vuelve sin palabras cuando existe escenas
teatrales y es ahí donde está el film, que conlleva al
espectador a observar un caso que no tiene fin y, por lo
tanto no es ejecución de Holliwood, donde siempre
existen los invensibles, recalca. Al contrario, dice
Peter, un amigo alemán que aún no ha escrito su libro,
pero que tiene infinidad de hojas de colores con poemas
con su puno y letra, el film, afirma, plantea el
recurso de la necesidad, el sonido, que es expresado
culturalmente de diversas formas. “A Cualquier precio”,
no lleva a la violencia, vive la violencia diaria y la
programa en un recorrido de primer plano a los actores:
Jaime de la Gracia, Walter Trujillo, Olga Lehnert Hernán
Renner, que van llevando a un delito, sin otro objetivo,
que el escuchar la vieja grabadora, como simbolo de la
nueva era de la comunicación. Quizá, los recursos de
teatralización no están acorde a los personajes y al
carácter del film, pero su apreciación y desarrollo no
marcan diferencias de los grandes films mundiales. Jaime
de la Gracia, intenta e intuye que el cine sigue siendo
el caramelo que provoca risa, llanto y alegría a la
gente, es decir para todos un poco. Café Berlín ya
constituye la referencia cultural latina en Europa y sus
proyecciones se identifican con los pueblos de América.
Recientemente apareció en Perú el libro “Jojaipagra”,
una antología bilingue alemán, espanol, con poemas de
Eduardo Dalter, Charlotte Grasnick, Jaime de la Gracia,
Harold Alvarado tenorio, José Pablo Quevedo y Santiago
Riso. Esperémos que el contagio de la palabra siga
creando nuevas formas de visualizar el acto de la vida.

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- Cronopios –
Agencia de Prensa
- Especial para la
Revista Horas*
-
Magil, Roberto Rubiano, Alfonso
Carvajal
Más
de 30 escritores colombianos residentes en el exterior y convocados por
la Feria Internacional del Libro de Bogotá para que contaran sus
experiencias, trazaron las primeras señales de identidad de nuestra
literatura en marcha a comienzos del siglo XXI.
Julio Olaciregui y
Luis Fayad se dieron un abrazo efusivo y prolongado al encontrarse
después de muchos años; tantos, que ninguno de los dos supo precisar.
Se miraron a los ojos y volvieron a abrazarse, sin palabras. Y cuando se
les preguntó si el hecho de que los dos vivieran en Europa
—Julio en París, Luis en Berlín—
les hacía más fácil la comunicación
entre ellos que con sus colegas en Colombia, respondieron al
tiempo: “¡No, nunca!”. Saben uno del otro porque el correo verbal
de los visitantes ocasionales les lleva chismes y noticias, pero a la
hora de la verdad cada cual anda en lo suyo en esos lugares distantes de
Colombia, que escogieron para ejercer su oficio de hombres de palabra.
En episodios como este comenzaron a configurarse las señales de
identidad de lo que constituyó el tema principal de la 17ª Feria
Internacional del Libro de Bogotá, a la cual asistieron como invitados
de honor, junto con cerca de 30 colegas residentes en diversos lugares
del mundo: Escritores colombianos en la diáspora –
El pensamiento que regresa. Esa señal, que ninguno de ellos
mencionó por su nombre, es la insularidad, que se descubrió en sus
emocionados relatos de cómo ha transcurrido la vida lejos del país,
persistiendo en un oficio cuya materia prima son las palabras y
enfrentándose a la vez con culturas y costumbres diferentes a las
colombianas, que a pesar de los años no los dejan. En el transcurso de
la Feria del libro y dentro de este plan de reencuentro de los
escritores que vinieron del extranjero con los que viven y escriben en
Colombia, todo el tiempo estuvieron relatando experiencias y debatiendo
temas relacionados con la literatura colombiana y dando claves para que
los asistentes a sus conferencias trazaran un mapa actual del país
invisible que se escribe y que vuela en los libros como paloma mensajera,
que lleva a los lectores las noticias de la fantasía
—desde el cuento o la novela y la
poesía—, el país que habita en el
alma de los escritores. El acontecimiento literario fue propuesto desde
dos años atrás por Cronopios a la Cámara colombiana del libro, donde
encontró acogida ferviente y ejecutiva en el director cultural de la
Feria, el escritor Guido Tamayo. Como moderador y coordinador del
proceso actuó siempre el escritor, crítico y ensayista Alfonso Carvajal.
Primero fue el sueño, luego la tejida de la telaraña, más tarde la
realidad, ahora el recuerdo, mañana la historia, porque pasarán muchos
años antes de que se haga posible la reunión en prolongada fiesta de los
hombres y mujeres que escriben y describen a Colombia. Se notaron
ausencias todo el tiempo. Los tres que nunca van a nada y sin embargo
están en todo (viven tan ocupados que no tienen tiempo, o están hartos
ya de la fama y de los éxitos): Gabo, Mutis, Vallejo. Pero son, aunque
no estén. Y otros que no pudieron venir, pero cuyos nombres y obras
estuvieron con nosotros todo el tiempo: Helena Araújo, Ricardo Cano
Gaviria, Arnoldo Palacios, Miguel de Francisco, Marco Tulio Aguilera
Garramuño, Rodrigo Parra Sandoval, Alexander Prieto, Antonio Ungar,
Armando Rodríguez, Arturo Prado, Dasso Saldívar, Fernando Garavito,
Gloria Cecilia Díaz, Gustavo González Zafra, Jaime Delagracia, José Luis
Díaz-Granados, Juan Carlos Galeano, Lenito Robinson, Medardo Arias,
Winston Morales, Neftalí Sandoval, Alba Lucía Ángel... en fin: muchos
que también son pero no pudieron venir, aunque sí estaban. Pido
perdón a los no mencionados. Bien saben, con seguridad, que no se trata
de olvido ni exclusión, sino de cáscaras de plátano que pone la memoria
al pie de los afectos y las admiraciones y cuyo resbalón ha de sentirse
duro a la hora de las protestas, que serán tan bienvenidas como
esperamos que sean aceptadas las disculpas. ¿Y entonces, quiénes sí?
Vinieron de muchas partes: la poeta y traductora Anabel Torres, quien
vivió 15 años en Holanda y ahora lleva 3 en Barcelona. Lanzó aquí su más
reciente libro de poesía, Agua herida, y participó en coloquios,
conferencias, mesas redondas, lanzamientos, entrevistas de prensa, radio
y televisión, lo mismo que todos los escritores visitantes, para quienes
la Feria no solo fue una gran fiesta sino que abrió muchas puertas al
reencuentro con amigos, lectores, editores y especialmente país,
al que la mayoría, después de mucho tiempo, vieron y vivieron
tal como es ahora, frente a frente y comparado con el que traían en la
imaginación. También de Barcelona el joven novelista y cuentista Juan
Gabriel Vásquez. Roberto Rubiano y Antonio Correa, de Quito, Ecuador. El
escritor Víctor Rojas, a quien pocos conocían en Colombia, residente en
Suecia desde hace mucho tiempo, cuentista y novelista, pero a la vez
abogado, con un cargo oficial en el departamento sueco de criminología,
traductor notable del sueco al español, encargado de interpretar las
obras de los miembros de la Academia de Estocolmo, para convertirlas en
libros de gran circulación e inmenso aprecio en los países nórdicos. De
Madrid vino Consuelo Triviño, novelista, cuentista, ensayista,
columnista de prensa española, al frente de la página virtual del
Instituto Cervantes. De México Mario Rey y Jorge Bustamante; el primero
sostuvo durante cerca de 15 años un festival de cultura colombiana en el
Distrito Federal y publicó la Revista Casa Grande, punto de encuentro
multinacional de autores colombianos. Bustamante, el poeta, presentó una
ponencia magistral que sentó bases concretas para generalizar el hecho
de cómo, a pesar de los años transcurridos y la distancia de por medio,
los escritores colombianos que viven geográficamente lejos del país,
permanecen anímicamente ligados a su recuerdo y al deseo de regresar.
También Freda Mosquera, de Florida, USA, donde aparte de escribir es
creadora y sostenedora de un Club de lectura que se reúne periódicamente
en la sede de la librería Barnes & Noble, una de las más prestigiosas de
los Estados Unidos y a donde acuden ávidos hispanoamericanos que han
descubierto que en la lectura encuentran el sosiego y la esperanza que
parecían habérseles escapado en el ejercicio de una vida solitaria y
cruda en medio de sociedades que no los tienen en cuenta para nada
distinto a segregarlos. De allí también Luis Alberto Miranda, José
Álvarez y Adriana Herrera, quien sostiene que a ellos “los acerca
también lo que a todos los seres humanos: la sombra de la muerte, la
atadura del eros, y las tejeduras de la memoria; pero en ellos, esas
huellas se vierten en un oficio único: son inventores de mundos
levantados sobre el lenguaje. Además, escriben en ese tiempo en el que,
como anota Vargas Llosa en El lenguaje de la pasión, los
escritores no trabajan para la posteridad, con la esperanza de que sus
libros serán “pasaportes hacia lo eterno”. No: escriben para poder vivir.
Escriben, en medio de todos los vértigos que impone la supervivencia,
para defender el oficio más libre del ser, el fiero espacio de la
creatividad. Escriben porque de otra manera enfermarían de angustia. Y,
de un modo soberano, para divertirse”.** Eduardo García Aguilar, también
procedente de París, confiesa algo que los demás aludieron sin
sostenerlo de manera tan contundente: “Llevo 30 años fuera del país,
pero de aquí nunca me he ido”. Y contó sus experiencias de joven
sociólogo caldense llegando a París por primera vez, hace justo tres
décadas, con la decisión de convertirse en el escritor que hoy es, con
tres novelas y muchos libros de cuentos, poesía y otros géneros
publicados y traducidos en diversos países y para públicos heterogéneos.
Cáustico por naturaleza, reclamó más rigor y crítica objetiva y seria en
torno a la literatura y la poesía. Otros, como Magil
—Manuel Giraldo— quien hace casi 30
años vive en Barcelona y en los últimos tiempos regresa a Colombia
cuantas veces puede, después de una trilogía de novelas donde refleja
situaciones humanas, se ha encausado por narrativa y activismo social,
que lo mantienen en trajines relacionados con la política y los derechos
humanos y le han dado el piso y el espacio para afirmar que “en un mundo
tan complejo y caótico, si no escribiera no podría vivir”. Vinieron
muchos más: Jaime Manrique Ardila, de Nueva York; Andrés Burgos, de USA;
Armando Romero, maestro de literatura en Cincinnati y viajero por el
mundo, con su literatura y su poesía; Enrique Córdoba, quien aparte de
su labor literaria ejerce el periodismo cultural recorriendo países y
entrevistando personajes que luego habitarán sus libros. Vive en Miami y
desde allí emite todos los días Cita con Caracol, un programa que se ha
convertido en enlace de la cultura colombiana especialmente para los
residentes en los Estados Unidos. Vino con su programa, que transmitió
en directo día tras día. De allí, también, la profesora y escritora Luz
Macías. Tomás González, quien residió mucho tiempo en Nueva York y vino
esta vez ya para quedarse. Y muchos otros cuyos nombres se escapan
en una crónica como esta, escrita de memoria y eslabonada por vivencias
intensas de 20 días repletos de emociones y sorpresas frente a una
realidad que estaba latente pero faltaba palparse así, cara a cara: el
pensamiento colombiano expresado por los escritores, trabajadores
solitarios y muchas veces anónimos por obra y desgracia de la
indiferencia de los medios de comunicación masivos
—que les niegan espacios cuando no
les ignoran—, quienes de todas
maneras constituyen una fuerza viva importante en un momento de crisis
social, de guerra, de violencia, donde se hacen necesarias las
alternativas del discernimiento como ingrediente básico en la búsqueda
del equilibrio. Diáspora no es la palabra precisa para
identificar a los escritores colombianos que viven hoy en el extranjero.
Tampoco exilio. La mayoría de los que aquí vinieron están
lejos porque lo decidieron voluntariamente y porque
—desde sus perspectivas
individuales— en Colombia no se
respeta ni se tiene en cuenta la labor del escritor, como sí sucede en
casi todos los países de donde proceden. Otros, la minoría, que sí se
han acogido al asilo político porque son perseguidos o amenazados,
cuentan en privado —sin excepción—
historias dramáticas que piden no revelar ni publicar hasta cuando se
produzca su regreso al lugar donde esperan que cambien las situaciones
absurdas de la guerra colombiana, para volver, que constituye el
denominador común de todos: estén donde estén, Colombia vive en ellos.
Y no se trata de nostalgia tropical, ni de sentimentalismos primarios.
No. El oficio de escribir es a la vez que disyuntiva para soñar,
territorio para batallar, para decir, para permanecer aquí aunque estén
allá. Por eso, al concluir el encuentro de los hombres y mujeres
de palabra, quedó la sensación de haber cumplido un sueño donde fueron
palpables señales y argumentos para consolidar el anhelo de los
organizadores de esta Feria del libro: El pensamiento que regresa.
Volver para vivir. En la palabra vida está la clave.
* La revista Horas, en su Número 6 que comenzó a circular
hoy en Colombia, publica este artículo solicitado a Cronopios durante el
transcurso de la 17ª Feria Internacional del Libro de Bogotá. El texto
que ustedes leen en nuestro diario virtual ha sido actualizado, tras la
conclusión de la cita bibliográfica.
**
El
texto entre comillas ha sido tomado del prólogo del libro Letras en
la diáspora – Cita de 6, publicado por la Casa de la cultura
hispanoamericana, que contiene cuentos de Jaime Cabrera, José O. Álvarez,
Martha I. Daza, Luis Alberto Miranda, Juan Pablo Salas y Rafael Vega,
escritores colombianos residentes en Florida, Estados Unidos. El prólogo
es de Adriana Herrera, quien también participó en el reencuentro.

Un
mortal en el paraíso
Planeta
acaba de lanzar un nuevo libro del prolífico escritor caleño
Fabio Martínez, quien alterna con notable decoro la narrativa,
el ensayo, la crítica, las columnas de prensa y –ahora—la biografía.
Muchos años llevaba Fabio tras las huellas de Jorge
Isaacs porque teniendo pistas de su vida intensa y polifacética, no
se resignaba a que la posteridad lo relegara solamente a su condición
de autor de María, que si bien le otorgó merecidos elogios en su
tiempo y lo ubicó justamente dentro de la historia sobresaliente de
las letras hispanoamericanas, tuvo también otros quehaceres que no
deberían esfumarse tras el velo de la sola fama literaria. Aquí,
en La búsqueda del
paraíso, biografía de Jorge Isaacs, Fabio Martínez abre las
puertas del encierro romanticón decretado hasta ahora para el
protagonista de su biografía, y cuenta sus múltiples facetas humanas,
dentro de las cuales fueron muy notorias sus vocaciones políticas y
desarrollistas, porque al tiempo que María lo hacía famoso
internacionalmente y ponía a sufrir y llorar a los lectores de su
historia triste, por otro lado luchaba vigorosamente para sacar
adelante sus sueños democráticos, sus trabajos de ingeniero que le
permitieron ser parte fundamental del progreso y la industrialización
en tierras guajiras, magdalenenses y cundinamarquesas, aparte de su
notable trabajo en pro de la educación pública, lo mismo que su
consagración a los estudios etnolingüísticos. Con
ágil mezcla de narrativa literaria y crónica, la investigación de
Fabio aporta mucho al proceso de redescubrimiento de personajes
relegados al olvido o a la injusticia del desconocimiento pleno de su
vida y de sus obras.


-
El contacto con los
poetas de Uruguay ha sido conmovedora. Su
poesía refleja con fidelidad lo que está
pasando en su país. La falta de empleo, el
cambio de status socio-económico, la emigración
de tantos jóvenes en busca de un mundo mejor en
el extranjero. La población ha disminuído, se
están quedando los viejos, los niños. El dinero
no alcanza para nada pero aún así, han abierto
sus corazones a esta poeta errante que soy y yo
les he retribuido con todo mi cariño y apoyo.En marzo de
este año fui invitada por primera vez a
dar unas lecturas de mi poesía por el
Instituto Hispanoamericano de Arte y
Letras a través de Raquel Martínez Martínez,
poeta y catedrática, de ahí surgió
otra invitación para Semana Santa, en
Abril y el proyecto de musicalizar unos
poemas míos. Todo se concretó y el
cantante uruguayo Abayubá Sánchez hizo
su parte y así 4 poemas, Amores
distintos, Cosas de Viejos, La Casa y Oda
Mayor ahora cantan en un Cd que dió
a luz en la Sala Zitarrosa el 30 de julio.
El guitarrista Pablo Cossio integró
parte del proyecto dando una demostración
de virtuosismo, Carlos, el Pete, en las
percusiones y Carlos, el bajista de Cacho
Labandera también nos acompañó esa
noche mágica, donde todos los amigos que
habían visto los programas de televisión
y que se enteraron de la presentación
del Cd acudieron a acompañarme en esta
aventura hermosa de escuchar mis poemas cantados.Ahora se está
haciendo un nuevo disco con el grupo
Viento Sur, formado por Jorge, Fernando y
Pablo Cossio, uruguayos los tres para
musicalizar 10 poemas. Quieren que cante
pero no creo aceptar este reto. Agradezo
profundamente a todos los uruguayos,
quienes me nombran "princesa azteca"
por su cariño y buen acogimiento a mi obra.
- tan tannn...
- Cariños
- Lina
- El señor de La Casa
- Todos estábamos a la espera, pero
pensábamos en Piedad, en Juan Manuel o en
Jotamario, o en Mario y hasta en Belisario, pero
a partir de hoy Pedro Alejo es el nuevo amo y señor
de la Casa de Poesía Silva de Bogotá, sucesor
de María Mercedes, quien hace dos semanas decidió
dejar tan solo su recuerdo en los pasillos de
este lugar donde también anduvo una vez José
Asunción y ahora visitan los poetas y sus
admiradores todos los días y a todas horas.
- Pero... ¿Quién es Pedro Alejo?
Primero inevitable referencia--: hijo de
Pedro Gómez Valderrama. Escritor y político
como su padre, fue embajador en Holanda y --entre
otras cosas-- delegado por Colombia ante la Organización
para la prohibición de la producción de armas
químicas (¡qué nombre más explosivo y
antipoético!) y quienes lo presentan en su
nuevo cargo aseguran que está escribiendo una
novela.
- ¿Poeta? Quienes no lo conocemos,
no lo sabemos, aunque eso suponemos, pues de no
ser así sería una injusticia con tanto poeta
candidato al honor correspondiente. No solo los
mencionados: pensemos en Giovanni Quesseps, en
Rogelio Echavarría, en Álvaro Rodríguez,
en Eduardo Gómez, Henry Luque Muñoz, Miguel Méndez
Camacho, Gonzalo Márquez, Antonio Correa y
algunos pocos más que aparte de poetas saben
administrar y gobernar. En Harold, por razones
obvias ¡ni pensar!, por supuesto.
- Pero bueno, ya el nuevo director
se dará el lujo de andar como Pedro por su casa,
y como esa casa es de todos los poetas y de todos
los lectores y los amantes de la poesía,
esperemos que continúen las puertas abiertas,
los oídos despiertos, vigente la sociedad de los
poetas muertos y tangible el acceso a los poetas
vivos, sin discriminaciones, sin resentimientos,
sin alborotarse o envidiarse las metáforas como
a veces puede y suele suceder en casas donde una
vez aletearon las chapolas negras y se quedaron
tan solos los nocturnos.
- Pedro Alejo Gómez Vila, nombre
completo del señor de La casa, hoy, cuando
Eduardo Carranza cumpliría noventa años, dijo
que La Casa de Poesía Silva está
inventada. Lo que hay que hacer es continuar con
este invento extraordinario... Lo que pudo hacer
María Mercedes es admirable. Se trata de
preservar esa.
Ignacio Ramírez


- Blau /Poemás /Edición
Bilingue, español- alemán
- La poeta mexicana Lina
Zeron se presentó en el centro cultural S.U.S.I,
donde leyó su último libro de poesía: Blau / bilingue, español, Alemán /
e editado por Flor Y Piedra editorial. La lectura
estuvo brillante y varios de sus poemas fueron
repetidos a pedido del publico que se extasió
con el buen trabajo de la poeta mexicana, también
estuvo en el Banco de Vallejo centro cultural al
aire libre.
- Visitó a Café Berlín!

- ......................lla poeta mexicana Lina Zeron.
Autora de Blau.
- .............................poemas
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