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El primero de junio se llevó a cabo un encuentro entre el poeta Ernesto Cardenal y el Sub comandante Marcos en el marco del XII Encuentro “Horas de Junio” Hermosillo Sonora. Espíritus que se deslizan en la bruma
Por Lina Zerón Un gran país
/ Lina Zerón /
El Mundo cambia porque los hombres y las mujeres lo cambian, no me refiero a los hombres y mujeres poderosos, los ecos de las piedras más duras tienden siempre al invierno perpetuo, a la calma constante, al todo perenne, al “aquí no pasa nada”, a la paz funeraria, a la involución del sistema. No me refiero a esos hombres y mujeres, esos nunca cambiaron nada, me refiero a los hombres humildes que como gotas de agua horadan la piedra dura, crean cauces por donde circula la savia nueva, la savia pura que revigoriza y nutre y da esplendor a la tierra. Me refiero a hombres como tormentas enteras, que en un momento inundan la tierra y se oyen voces calificándolo de catástrofe, cuando es la tierra sedienta la que ha pedido esa agua infinita, esa tromba que deshace y limpia, que regenera y da vida, floreciendo el desierto. Me refiero a personas como el sub comandante Marcos, que renunció a su estatus de tormenta, cubriéndose la cara con un sencillo pasamontañas para ser solo gota de lluvia, para dejar que sea el pueblo el que vea claro, fuera de mesianismos que nunca condujeron a nada, el que esculpe su propia historia, su propia revolución para dignificar a los desposeídos, piel morena, estatura baja, pies de cactus, manos amputadas, espíritus que se deslizan en la bruma. Hoy está aquí, en esta ciudad, compartiendo con nosotros este sol de todos, un hombre que ha creado sin querer protagonizar uno de los movimientos sociales más importantes de México de los últimos 80 años, demostrando gracias a las comunidades autogestionadas, que el pueblo avanza y progresa si se le deja avanzar y progresar. Su mensaje es una crítica severa al sistema establecido, pero también es canto de esperanza, el único bien verdaderamente tangible, el que en realidad tiene valor en el futuro. Esa fortuna no es ni de ricos ni de poderosos, el futuro esta por igual en la mansión del cacique que en las chozas de los olvidados, sólo que hay muchas más chozas que mansiones y es por ellas que Marcos se convirtió en el sub comandante apostando por ellos la vida si fuera preciso.
El demiurgo de la palabra
Por Lina Zerón Todo arte, toda la literatura, toda la poesía, son un reflejo de la sociedad que las creó. Los óleos de Fragonard o Wateau, mostraban nítidamente la aristocracia vacía que los concibió. Igualmente las pinturas rupestres de Altamira, tienen la belleza y la fuerza de la lucha del hombre primitivo por su supervivencia. No hay movimiento social sin que el arte, literatura y poesía dejen su huella en él. No ha habido revoluciones sin himnos, bardos, íconos…y no me refiero al propagandista oficial, demasiado manso como para trasmitir nada, la “oficialidad” asesina el arte. El arte, la poesía en si, son revolución. cuando De Chavanes pinta “el pescador pobre” está haciendo crítica social, cuando Verdi compone Nabucco está haciendo crítica social, cuando Miguel Hernández escribe “las nanas de la cebolla” está haciendo una de las más desgarradoras críticas sociales que se han escrito, y esa crítica es la que llega al corazón del individuo cien mil, un millón de veces más fuerte que todos los tratados de política, ética, sociología o filosofía, por que todas esas materias son necesarias para crear ese modelo de sociedad no perfecto, el ser humano no es perfecto y su hábitat natural es la imperfección, y justo porque la perfección es una leyenda, la justicia es tan real como la tierra que pisamos. Por eso, entre nosotros, en este momento, tenemos dos muestras inequívocas de esa relación, del hombre que crea, que trabaja por la sociedad en busca de la justicia y del poeta que trasmite, que narra ese aconteciendo, que lo plasma, que llena el aire con sus palabras como la lluvia que cala los torsos, penetrando hasta los corazones, entonces la filosofía se vuelve sentimiento, una pasión, un anhelo por esa justicia, que ha de ser su techo y su campo, su lumbre y su alimento, por eso, Ernesto Cardenal ha sido objeto de innumerables tributos y homenajes donde quiera que su palabra ha llegado y se impone en la conciencia del hombre. Cardenal ha contribuido al enriquecimiento del ser humano, a la expansión de su libertad de pensamiento. El ejemplo de su vida sigue siendo el aliento de centenares de idealistas utópicos, quienes creemos que las gestas continúan y la lucha recién comienza. Cardenal, amigo, debe ser una bendición que la gente te quiera por hacer tu trabajo gozosa y felizmente. tu oficio de escribir nos recuerda la importancia de valores como la justicia y la libertad frente a la preponderante y aplastante economía. Gracias por enseñarnos a soñar, por construir desde Solentiname utópicas mañanas posibles, por mostrarnos el camino para vivir en paz, para vencer nuestros miedos y conquistar los horizontes internos.
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