jaime de la Gracia

Voluntad y empeño en Héctor Abad Faciolince

Héctor Abad Faciolince

 

 

Por. Jaime de la Gracia

 

Leí por recomendación de amigos entusiastas la novela “Angosta” del colombiano Héctor Abad Faciolince, y como tengo confianza en el criterio de mis amigos emprendí la aventura / leer es emprender la aventura, o como lo remarcó el poeta: /Se hace camino al andar/. Faciolince ha sido tildado múltiples veces de ser el equivalente de la Marcela Serrano en la literatura colombiana, nada más descabellado y salido de marco además este tipo de comparaciones tienen por los menos dos causas negativas evidentes: 1) Distorsionan la polémica inteligente y aniquila la elegancia del argumento.2) No ayudan al lector a ubicarse con respecto a los autores.

Desde su primera novela / Asunto de un hidalgo disoluto /1994 / me pareció un escritor que pone empeño y voluntad en escribir bien,  hasta la fatiga, incluso este empeño fue premiado por Casa de las Americas  en el 2000 con su novela titulada: Basura.

Dentro de la literatura la novela es una de las disciplinas que exige desarrollo es quizás una de las artes de mayor exigencia en el dominio de su carpintería y a eso hay que sumarle el conocimiento que solo se logra con el contacto y el estudio de los clásicos y luego mantener un hábito constante de lectura, o sea todo un camello. Hoy  igual que ayer muchos autores no han necesitado de estos términos para alcanzar éxitos de ventas y popularidad, lo único que les ha sido esquivo es el difícil éxito artístico que es otra cosa muy distinta. Estos autores muestran sus debilidades al toparse con lectores formados en el buen gusto por la gran literatura, pero como decía un antiguo profesor de la escuela de Arte de Constitución en Buenos Aires: a estos se les nota la pata de palo.

Hay autores que poseen todos estos requisitos, pero solos ellos, tampoco bastan para crisolizar el logro  literario, aquí entran en juego la subjetividad, el carácter, el desarrollo de la personalidad / para Luís Fayad son importantes también las influencias que pueden dejar otros autores /entonces salta el tigre y suelta la pregunta: ¿si se tienen todos estos aderezos, que hace la diferencia entre un escritor y otro? Respondamos que el Riesgo.

Es la capacidad de arriesgar la que hace la diferencia. Arriesgar no significa morir en el intento, el riesgo por supuesto es potenciado por el talento. La conjunción de ambos: :riesgo y talento hacen a un buen novelista.

Borges que mucho sabia de literatura, afirmaba su atención sobre autores que por quedar bien son capaces de omitir al caballo y mostrar al equino.

El lector debe tener paciencia y darle tiempo  al autor para afinar, mejorar y superar los resultados, confieso que soy uno de esos lectores. Perdí la huella del desarrollo de Faciolince hasta el encuentro con mis amigos que me recomendaron su última novela publicada: “Angosta”.

Y sí, ha habido desarrollo en “Angosta” por lo menos la novela está lejos del tono cansino e existencialista de tierra fría del falso Proust romano y toda esa parafernalia plañidera de distancias etc, etc, en Angosta  Faciolince se supera es cierto aunque continua siendo un escritor disciplinado y ata el lenguaje a un buen decir empalagoso, no logra soltarse, hace amagos, pero en el párrafo siguiente se frena, da la impresión que el escritor busca quedar bien  (¿?)  escribe como si tuviera la mano agarrotada o desde dentro de una camisa de fuerza.  

En lo que respecta al tema, Faciolince de manera inteligente sabe separar en Ghetos para los violentados y Búnker para la minoría violenta,  irresponsable,  rica  e identificada con la visión enfermiza de un norte que la desprecia, ese retrato en blanco y negro sobre el fracaso de el proyecto clasista conque se ha pretendido sostener a un país como Colombia y que ha hecho añicos la convivencia humana y postergado a la gran mayoría a la miseria y al atraso sin redención, la cual vegeta en sus necesidades humanas.

¿Basta con un buen argumento para que una novela sea considerada una obra de Arte? Parece que no, esta es una de las diferencias que distancian por ejemplo un bestseller como “el Código Da Vinci” de la Vorágine de José Eustacio Rivera etc.

Héctor Abad Faciolince tiene talento y hay que seguir esperándolo a que afine, tiene como ya dije talento, lecturas, disciplina y empeño, le sobra voluntad, el día que logre poner todo estas cualidades al servicio del lenguaje y no del idioma, estoy seguro encontrará su camino y nos regalara con buenos momentos para la literatura.

Es el trabajo del lenguaje el que enriquece al idioma

Héctor Abad Faciolince siempre me ha parecido más periodista que novelista, por lo menos se desempeña mejor sobre todo en el periodismo del fraseo corto ahí es un mago cuyo tema guste o no guste, con el que se puede estar de acuerdo o en desacuerdo etc. Hay que considerarlo un producto literario de buen acabado y de sólida construcción.

El buen escribir puede ser  bueno para la escritura pero pésimo para la literatura.

En literatura igual que en toda expresión del Arte hay que asumir el riesgo y sabido es que el riesgo no es un cuento chino.

 

Berlín. 08.08.2006