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La eternidad de un día
Jaime de la Gracia
Flor y Piedra Editorial
Berlín - Alemania
Perezosa ondulación
 
No preguntes
Por los
Que no quieren que se note
Su ausencia.
Toda redondez fue en sus
Comienzos un punto vacío
en el espacio
Escribo estos versos para que tú los leas
pero no será así
Por falta
De tiempo
Como ves
Tú te realizas
Yo insisto en la
Poesía.
 

 
El amor
Es la piedra
A la que estoy
Encadenado.

 
El poeta siembra palabras
Las piedras y las palabras
Son más lentas que la yuca,
El ñame, y la arracacha
Para echar raices, son lentas
Las piedras y las palabras
Pero crecen
 

A esa mujer
Desnuda
La viste
La rabia
 
 

 
La aurora
Se junto a
La Noche
Y no
Despierta.... n
 

 
Medité sobre la quimera
Y después de larga
reflexión
Caí en ella
 
 

 
El rumor de la hojarasca
 
Escucho
El rumor de la
Hojarasca
Que se aleja.
 
 

 
Esa mujer quiere burros
Que trabajen para ella
Lo veo en su dulce cara
De sirena que teme perder su mar
Ella escribe postales con letras
Redondas como lunas
Tenaz precipitado
Fue ese amor que trajo el frío
De todos los inviernos
Esa leche ya no sabe a vaca
La vida también puede ser una larga
conversación en un tren
Ahí está el mar
Que escarmentó a sus muertos
Hay que amar con los ojos.
 

 
Viento del sur
Que reclama a sus muertos
Fue esa canción
La que dejó una raya en el aire
Que no se borra
Las veces que las palabras
Me han sorprendido desarmado
He sumado traiciones
Estos amores se repiten
Y se quiebran como hojas secas
Sé que detrás del silencio tengo a una
Amiga.
 

 
El mundo se resuelve
En la palabra
Ahora tengo a mi favor
Los prejuicios
De la tradición y de la historia
Este mundo es perfecto
En sus contradicciones.
 

 
Hoy salí a tirarme
Una puta del puerto
Pero las altas luces que cuelgan
De los quicios de las puertas
Estaban sin llamas
Como apagadas por hielo seco
 
Debajo de las farolas rojas
Pernoctaba el silencio
Un Gehilfe hizo una señal
Desde las sombras
Y amenazó con tirar
La primera piedra.
 

 
Poesía
Todo eso
Que puede
Caver
En un saco
Roto.
 

 
Estoy sordo
lo puedo ver en tus
Ojos
Me quiere
Tal vez no
Y para qué quiero
Que me quiera?
 

 
No es necesario
Volver a Ithaka
Para cicatrizar
Las heridas.
 

Esta rosa fue testigo
/ L.de. Greiff /
Quiero que
La tome por sorpresa
Seré Yo
Quien
Reconocerá
Tus huesos
El último día
Del juicio
Final.
 

 
Aquí todo se ha dicho
Pero hay que repetirlo
De todas las maneras
Posibles
Hasta el cansancio
Otro poema de amor
Hecho
Al amor
Inutíl.
 

Adónde van las abandonadas
A dónde van
 
Todas esas
Mujeres solas
Adónde van?
 

Poema de la ofensa
 
D---- eso----- se ---ha
---------------Hecho
 
--------------------Aquí
 
El --------pan----------- Nuestro
 
De ---------cada
 
-------Día
 

 
Te ofrecí amor
La eternidad de un día
Y la tuviste
 
Yo me abandoné
A tu cintura de agua
A tus manos de ceniza
A tu boca de humo
 
Esa boca ya estuvo de moda
En el tiempo en que el silencio
Andaba por las calles enloquecido
Repartiendo puñaladas entre las
Entrepiernas de las muchachas
 
Yo no me mamé
Yo puse la cara
A la tormenta
Que me empujó
A tu centro poesía
 
Pasan peces de dos en dos
Atornillados a los huesos del aire
Todavía persisten las resonancias
De esos besos.

 
 
Aquí estuvo la mujer
Y allá la ventana y la puerta
De la casa que aquí estuvo
 
Ella maquillaba peces
Que soltaba bajo la lluvia
Los echaba a andar
 
Señalaba sobre el mapa
Con el dedo la profundidad de su ombligo
 
Otra vez al viento
Cantó para los sordos
Sé que no mentía
 
La he visto super veces.
 

El universo
Como posibilidad recurrente
Para disipar la soledad sola
El universo, de todos los días,
Los días, y los días, podemos
Mencionar las capturas, la
Cooperación de asociación
Los sentimientos pasados por
Manteca de cerdo, los residuos
De la carne en las rendijas de los
Dientes, no importa, no interesa
La certeza, los nuevos detalles,
Seguir en esta búsqueda, es descartar
Las sorpresas que nos aguardan en los
Cielos de los otros, vendrá la verdad
Con sombrero, llegará con sus pies
De plomo, y repetirá que el hundimiento
De occidente comenzó en el momento
En que Hercules cortó la cabeza de
Medusa, esconder el estómago, sacar
Pecho y elevar los hombros, los hombros
Deben apuntar al cielo.
 

 
Ratibor Straße
Residencia del poeta en Berlín
 
Metales, decisiones,
Cópulas, canela,
Yerbabuena, toronjil
Aquí hace frío
 
Quién dijo
Qué aquí hace frío?
 
Me sustenta la fe que mantiene
Al musgo aferrado a la piedra.
 

 
Berlín -Hamburg en tren
 
Ayer pasé en tren por tu casa,
Vi un paisaje chamuscado de nieve
Estoy a cinco minutos de Spandau,
Los hombres de chalecos rojos
Remiendan la barrera contra el ruido,
Faltan cinco minutos para las cinco de la tarde,
En el bosque seco
Brilla una noche de plata, pegada
Como chicle a los árboles - Guten Tag,
La mujer me mira con ojos de agua,
controla mi pasaje y me deja su risa
Caliente, sería bueno pasar una noche
Con esa mujer en la cama - Danke sea!!!
En estas tierras el lobo y el caballero,
Amedrentaron al hombre,
La nieve dibuja en blanco de hueso
Sus huellas impalpables en el agua
En la tierra, pastan piojos y vacas
-Señoras y señores, en cinco minutos
Estamos en Hamburg
-Hagan sus conexiones.
 

 
 
Si me faltase
Una sola de mis amantes
estaría
Incompleto.
 

 
Todo centro dinámico en expansión
Genera agresión
Hay que abandonar las migajas
Exiliadas en el vacío
Y cicatrizar los espejos
Aniquilados por las lluvias
Hoy me ha vuelto el escozor
De pensar que te amo
 
Quién aquí quiere dormir?
 
A veces la nieve
Tiene el color del pandebono
Recién horneado
 
Hay tardes de invierno
Que son bellas
En los ojos de las muchachas.
 

 
Son ácidos
Los frutos
De tus Labios.
.

 
Hay culebras de agua
Que se comen a los peces
Aquí el mal gusto
Es el que no cambia
Y la derrota se confunde
Con la paz
Las hojas expuestas
Largo tiempo bajo el sol
Ach!!! no es ella
La presentida.
 

 
Fue una mujer
Dulce la que
hizo mi vida
Amarga.
 

 
Aún siendo esbelta
Esa raza de hombres
No renuncia
A su fe
De cielos descuajados
De regiones de cinc
Cielos de mujeres
Hechas de migas de pan
Con tetas como bolitas de cristal
Que exponen a los vientos de sal
Esos hombres hicieron obra duradera
Y fueron barridos de las
Genealogías posteriores a ellos
Te digo esto así
Por el amor que te tengo.
 

 
 
Ella insiste
En hacer de ese
Infierno
Un Paraíso.
 

 
La mujer que
Abre las piernas
Me mira con el tercer
Ojo, es entonces,
Cuando la luz
Golpea el metal.
 

 
Las piernas frágiles de esa mujer
Son más fuertes que las
Columnas de hercules
Si una de ellas
Siquiera vacilara
Mi mundo caería hechos pedazos
Ella configura el nacimiento
De la aurora
En el desierto
Es un girasol implacable y rotundo
Viento norte que descuaja árboles
Siembra de trigo recio
Surco feraz
Lámpara que no agota
Su aceite cuando alumbra mis noches
Águila que me arrebata a su seno
Tierra firme
Manantial amargo de aguas dulces
Guerra de todas las guerras
Que me trae la paz
Cántaro de arcilla milenaria
Capaz de contenerme
En su vientre fresco y húmedo
Tigre de mil rayas
Ese amor que parece
Le cuesta más trabajo que a otros
Pisar la tierra
Amor que cobija en el abandono
Las mil veces mil que he
Llamado tu nombre en silencio
Te he encontrado
Paloma
Hembra en celo
Agua mil veces cantarina
Agua de mil voces
Me nombra me reclama me llama
Y yo voy al encuentro de ti
de tu tríangulo
Ahí donde el león más berraco
se hace manso
Ahí donde perece el pensamiento
Lógico y fracasa la filosofía
Ahí muero de gozo
Para vivir la dicha.
 

 
Parménides
 
Un ciego del ojo izquierdo
Le reclama a otro ciego
Del mismo ojo
Por no avisarle a tiempo
De la piedra en que tropezaron
Y que estaba al lado izquierdo
Del camino.
 
Berlín / Otoño 94/ Primavera 99
 
Cortesía de: Flor y Piedra . Editorial
Contacto editorial. E-Mail : Florypiedra@aol.com
 
Año de edicion 1999. Berlín / Alemania
Printed in Germany
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